
lunes, 17 de mayo de 2010
VIII Foro Nacional de Turismo en Cancún
Me considero un buen estudiante de turismo, conozco lo que el servicio al cliente representa por ejemplo, sonreír amablemente a quien llenará mis bolsillos, no me resulta en absoluto difícil, y aunque no estoy muy enterado de las últimas noticias en materia de turismo, me he podido resignar a aquel dicho que recita “El turistólogo como el ginecólogo, trabaja donde los demás se divierten”. Hasta cierto punto esto me resulta favorable, viéndolo de forma optimista, poder viajar en las temporadas bajas, cuando las masas se han disipado y las tarifas se encuentran más bajas que nunca.
Aunque me considero un digno "turistólogo", debo admitir que cada vez que surge una invitación a conferencias, foros, congresos, convenciones o cualquier reunión de este tipo, me muestro poco entusiasta, la razón la definiré en una frase ya conocida: “Mucho de lo mismo”
El pasado 10 de Febrero fui invitado por mi Universidad para asistir a el “VIII Foro Nacional de Turismo”, a pesar de lo antes mencionado, me pareció un buen pretexto para salir de la rutina y faltar a un par de clases. A diferencia del resto de mis compañeros, yo solo pude asistir a tres de las ¿Quién sabe cuántas? conferencias, sin embargo eso fue suficiente para percibir, que para mi sorpresa, o quizás para mi suerte, este foro el cual fue concebido para resolver los problemas concernientes al turismo, resulto más bien ser un carnaval de políticos y sus “achichincles”, en el que se tomaron muchas fotos y se resolvió poco o nada. Ver este espectáculo me hizo reflexionar. Solemos culpar por este tipo de situaciones a los mismos políticos, sin embargo esto no es culpa de nadie más que de nosotros mismos, somos nosotros los que permitimos que políticos que en su mayoría no saben mucho de nada, tomen las decisiones importantes por nosotros.
Hablaban de que el turismo debería de ser una actividad económica prioritaria en el país, sin embargo al plantear esto no reflexionan en lo más básico, un país es una entidad muy grande y a este nivel las prioridades no funcionan como a nivel individual. No sabemos cuáles son las prioridades del presidente, tampoco las del secretario de turismo, no conocemos los intereses de los legisladores, pero podemos deducir por obvias razones que lo que buscan es su propio bienestar, no los culpo por eso, cualquier persona en su sano juicio busca su propio bien y actúa en base a esta búsqueda, pero si tenemos esto bien en cuenta, no podemos hablar de prioridades nacionales, resulta irracional. Para muchos el desarrollo del turismo no solo no presenta una prioridad, sino que incluso les afecta. Es por esta razón que los temas discutidos durante este foro, fueron los mismos que se llevan discutiendo desde antes de que se llevara a cabo el primero de estos foros.
No es posible hacer realmente de una actividad económica la prioridad de un país, el éxito y desarrollo de una actividad económica es determinada por cuánto dinero se mueve en ella y que tan fácil y rápido resulta conseguirlo, tanto para el estado como para empresas privadas. Sin embargo no todo lo que brilla es oro, y a veces lo barato sale caro. Cancún es una perfecta analogía para esta metáfora, pues desde el comienzo de este proyecto turístico en los años setentas, tanto el estado como las empresas privadas se han encargado de cómo bien dijo uno de los ex secretarios de turismo “Matar a la gallina de los huevos de oro”.
Jamás existió ningún tipo de estudio de impacto ambiental, tampoco se hizo una planeación urbana integral ni una correcta asignación para el uso de suelos, no se pensó en la inseguridad o en la migración masiva de otros estados a la ciudad, no se pensó en estos ni en un sin fin de aspectos más que hoy representan inconvenientes importantes para el destino. La única prioridad que estuvo latente desde el inicio fue el dinero que Cancún generaría, sin embargo este potencial económico se ve hoy severamente mermado por los aspectos que inicialmente no fueron prioridad y hoy se han convertido en problemas. (¡Brillante!)
Según mis cálculos todo esto pudo suceder por dejar a los políticos tomar les decisiones, políticos que no saben de nada más que de trámites burocráticos y política. Nuevamente argumentaré que los culpables de todo esto somos nosotros por dejar los a ellos tomar decisiones para las cuales no están preparados, resulta obvio pensar que algo catastrófico pasaría.
Lo que se necesita es gente capacitada para la prevención y solución de problemas, y al decir problemas, me refiero a TODOS los posibles problemas que puedan existir. Lo que necesitamos son científicos, no políticos, más acciones y menos discursos. La ciencia es universal y no tiene intereses personales, la ciencia no miente ni tiene favoritos, la ciencia no tiene que quedar bien con nadie, suena un poco extraño, pues estamos tan acostumbrados a oír incoherencias, que cuando escuchamos algo que tiene un poco de sentido nos sorprendemos y extrañamos.
¡Piénsenlo! ¿Qué prefieren? Políticos que solo crean leyes para solucionar los problemas. (Leyes corruptibles, creadas a conveniencia y que cada vez más limitan nuestra libertad), o científicos trabajando juntos para crear soluciones reales y comprobables.
Cambiar la subjetividad de la política por la objetividad de la ciencia. Si en lugar de diputados y senadores ocupando los curules, tuviéramos un grupo igualmente nutrido de científicos, las cosas en nuestro país serían muy diferentes. Sería un cambio inesperado, pero al fin y al cabo… cobran casi lo mismo.
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