Soy la poesía y la prosa.
Soy las musas y los demonios.
Soy el odio, el rencor… el amor.
Soy el pavimento que pisan tus pies.
Soy tus planes y tu destino.
Soy el mensaje literario codificado, que entra como estímulo lumínico a través de tus ojos, y llega hasta tu cerebro como energía pura.
Soy el conjunto genético codificado para hacerme andar erguido.
Soy el bosque y le selva lluviosa.
Soy la lluvia, la nieve, y la molécula de agua cristalizada.
Soy la noctiluca oceánica, y el reflejo de las estrellas sobre el mar.
Soy el secreto sagrado de la vida, y la vida escondiendo secretos.
Soy la realidad relativa, el universo paralelo.
Soy el sol, y la supernova a años luz de aquí.
Soy el infinito y la partícula subatómica.
Soy el espacio que hay entre el espacio.
Soy el todo y la nada.
Soy el tiempo y el espacio.
Soy el ciclo vital, y la muerte que lo mantiene activo.
Soy la tierra sobre la cual descansan tus muertos.
Soy tus muertos.
Soy dios con mayúscula y con minúscula.
Soy el diablo.
Soy el día y la noche.
Soy el bien, el mal, y todas aquellas creaciones imaginarias existentes y por existir.
Soy enfoque y percepción.
Soy tus ideas, y las de Einstein… y las de Nietzche.
Soy el presente.
Soy el hecho.
Soy el hoy.
Soy la bella incertidumbre.
Soy yo.
Soy tú.
Soy él.
Soy nosotros.
Soy ustedes, y ustedes yo.
Soy ellos, y ellos nosotros.
Somos todos… somos todo.