domingo, 28 de noviembre de 2010

Soy la poesía y la prosa.

Soy las musas y los demonios.

Soy el odio, el rencor… el amor.


Soy el pavimento que pisan tus pies.

Soy tus planes y tu destino.

Soy el mensaje literario codificado, que entra como estímulo lumínico a través de tus ojos, y llega hasta tu cerebro como energía pura.


Soy el conjunto genético codificado para hacerme andar erguido.

Soy el bosque y le selva lluviosa.

Soy la lluvia, la nieve, y la molécula de agua cristalizada.

Soy la noctiluca oceánica, y el reflejo de las estrellas sobre el mar.


Soy el secreto sagrado de la vida, y la vida escondiendo secretos.

Soy la realidad relativa, el universo paralelo.

Soy el sol, y la supernova a años luz de aquí.

Soy el infinito y la partícula subatómica.

Soy el espacio que hay entre el espacio.

Soy el todo y la nada.

Soy el tiempo y el espacio.


Soy el ciclo vital, y la muerte que lo mantiene activo.

Soy la tierra sobre la cual descansan tus muertos.

Soy tus muertos.


Soy dios con mayúscula y con minúscula.

Soy el diablo.

Soy el día y la noche.

Soy el bien, el mal, y todas aquellas creaciones imaginarias existentes y por existir.


Soy enfoque y percepción.

Soy tus ideas, y las de Einstein… y las de Nietzche.

Soy el presente.

Soy el hecho.

Soy el hoy.

Soy la bella incertidumbre.


Soy yo.

Soy tú.

Soy él.

Soy nosotros.

Soy ustedes, y ustedes yo.

Soy ellos, y ellos nosotros.

Somos todos… somos todo.