El humano, al tener una percepción limitada de lo que le rodea, crea métodos y estructuras igualmente limitados, sujetos a condiciones exclusivamente humanas y dejando a un lado los beneficios o conflictos que pueda tener el resto del entorno. Esta descripción antropológica sirve para comenzar con una reflexión sobre el texto llamado “El arte de la guerra” el cual, después de ser comparado con nuestro modelo administrativo actual, revela el patrón humano de comportamiento descrito anteriormente. Las similitudes encontradas en el funcionamiento de ambos sistemas, tanto bélico como administrativo, son muchas. ¿Cómo explicamos esto?, ¿Por qué el modelo administrativo actual sigue funcionando bajo un sistema de estrategias arcaicas? ¿Cuál es la raíz de esto y que consecuencias tiene?
“El arte de la guerra” es un texto que contiene una importante compilación de estrategias bélicas utilizadas en la antigua China, estas se caracterizan por ser muy completas y meticulosas, contemplan varios elementos de influencia, tanto externos, como internos. Menciona como los integrantes de una organización bélica pueden hacer la diferencia entre la victoria y la derrota, pero también de elementos externos como clima, política, sociedad y economía pueden influir en el funcionamiento de un ejército y sus resultados. Otro punto importante que se menciona es la evasión de la incertidumbre, es decir, que una de las clave más grandes para la victoria, es conocer al enemigo y conocerse a si mismo, y en base a esta información crear las estrategias pertinentes.
La descripción del contenido de este texto es para denotar no solo la gran similitud que existe entre estos puntos y los que se pueden encontrar en cualquier libro de administración moderna, sino para motivar al cuestionamiento general.
Cada día en el mundo más de treinta mil personas mueren de hambre, y considerando que el 1% de la población mundial posee el 40% de las riquezas, es lógico pensar que algo anda mal en nuestros sistemas organizacionales. De alguna forma hemos fallado al estructurar nuestras sociedades, sistemas económicos y políticos. Al igual que en un motor o sistema averiado, aquí hay alguna pieza que desde el inicio ha estado funcionando mal, la analogía del funcionamiento de un campo de batalla y la administración actual nos dan una pista de lo que podría estar errado.
La guerra, como toda persona con uso de razón puede deducir, es una práctica irracional y barbárica que dejó de tener una finalidad práctica en la formación de sociedades hace varios años, y que actualmente se utiliza como método para activar las grandes economías. Si consideramos que la guerra y la administración se manejan de una forma tan similar, esto es porque en esencia tienen los mismos objetivos, trasladados a sus respectivos ambientes, estos objetivos son los que le dan proyección y resultados. El real inconveniente no es la estructuración y estrategias de estos sistemas, sino la esencia y propósito de sus objetivos. Es importante recalcar que estos dos sistemas, tanto el bélico como el administrativo, poseen características muy creativas y efectivas, sin embargo el enfoque que estos tienen es el que les da un resultado contraproducente.
En la guerra debe haber un ganador, y con ese ganador surge un perdedor, es una regla de oro. Cada movimiento y cada estrategia, tanto bien realizada como mal lograda, nos llevará a este punto, un ganador y un perdedor. Este tipo de enfoque es de tipo individualista. Se percibe al ganador y al perdedor como un individuo, ya sea a nivel personal, o una nación contra otra, un ejército contra otro etc. Todas son entidades individuales identificadas con determinadas características que le hacen diferente a su oponente. Es evidente que en la guerra tiene que funcionar así y de ninguna otra forma, ya que esta es su esencia, sin embargo, ¿Tiene la administración actual que funcionar bajo estos mismo patrones?
Los sistemas administrativos se encuentran en todos los aspectos de la vida moderna, las economías nacionales, la política, las corporaciones privadas, instituciones públicas etc. Así que es aquí donde podemos ver la razón de la situación en la que vivimos actualmente. Es obvio esperar un resultado de pésima repartición de riqueza, llevada al extremo de treinta mil muertos de hambre cada día, con un sistema organizacional formado desde sus bases en la búsqueda de un ganador y un perdedor.
La finalidad de los actuales modelos administrativos debería de se buscar el beneficio de todos, y en base a esto crearía diferentes estrategias, muy diferentes a las que están establecidas en “El arte de la guerra”. Es una misión difícil, que requiere de una cambio de perspectiva intenso, no sólo pensar en mí, sino en todos, no solo considerar a mi nación al tomar decisiones, sino en todos los seres humanos, no solo considerar a mi especie en la formación de sociedades y leyes, sino en todos los seres vivos, todo esto partiendo del hecho de que el planeta en el que vivimos, funciona realmente como un sistema holístico, y que la individualidad es solo producto de nuestra limitada percepción. Cualquiera pensaría que esto descrito anteriormente no es más que una utopía, esa es una de las principales razones por las cuales argumento que la percepción del ser humano es terriblemente limitada.
“El arte de la guerra” es un texto del que se puede aprender mucho, pues el diseño de cada estrategia, requirió gran creatividad, sin embargo estas estrategias hoy son obsoletas, pues carecen de un enfoque de beneficio amplio. Para cambiar nuestros sistemas organizacionales de forma positiva debemos entender esto y ser creativos, para así darle poco a poco un nuevo enfoque a cada elemento de nuestro sistema.
- Fernando Cobos -
Bibliografía:
congrats pepe, como siempre un texto digno de ser leído! sube más seguido!
ResponderEliminarbien viejo, valio la pena el tiempo entregado en leerte
ResponderEliminarEso hermanito! hiciste de mi ocio, un tiempo valioso y ameno! un abrazo
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